sábado, 26 de enero de 2008

Oler el Invierno




Esta mañana he vuelto a salir con la bici.
He hecho una ruta de 95 kilómetros por
pueblos del interior.

He tenido uno de esos momentos que creo,
nos hace diferentes,...
he conseguido oler el aroma de
un invierno que ya no existe
...

La función contaba con un ciclista
que cruzaba las calles de Aspe sobre su bicicleta,
un cielo plomizo,
una gafas empañadas por el baho,
un frío silencioso.

En la puerta de un bar,
había unos abuelitos apurando
esas últimas caladas inexistentes
en los cigarrillos que no huelen a tabaco,
esos que van teñidos de ritual, disfrute y clase,
gabardinas grises y sombreros de ala.

Tranquilos, disfrutando su momento,
una mañana de invierno fría,
un recuerdo quizás,
la mezcla en el aire
del aroma de tabaco dulce y café de puchero,
yo, mi bicicleta, silencio,...
ha sido como pedalear en una película en blanco y negro,
uno esos lujos que nos regala el deporte.

He recordado a los abuelos de Paula,
vivieron aquí de jóvenes,
quizás tomaron en esa cafetería algo caliente
quizás se conocieron una mañana de invierno.

Mas tarde, almendros en flor, vuelta a casa y mi familia.
Me encanta oler el invierno.

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