poner los pies en el suelo recordándome a cada paso
lo pequeñitos que realmente somos.
Cuando ayer estaba corriendo entre todos esos
monstruos de piedra, sólo, con algún susto por los ruidos de algunos
conejos o ardillas tras los matojos,
cuando ves despertar el día,
corriendo por en medio de ninguna parte,
cuando te sientes afortunado por ser realmente vulnerable,
y tienes como única arma unas piernas y un corazón,
y sientes como cada piedra acaricia la planta de tus pies,
y sudas,
y contemplas paisajes y caminos y pinos fosforescentes,
y vuelves a sentirte pequeñito de nuevo, ….
Entonces,
y siempre en ese punto,… a mi se me escapa una sonrisilla,
y un escalofrío me recorre de arriba abajo y de abajo arriba.
Entonces,
es cuando me doy cuenta de lo que me gusta
correr sin mas, sin prisa, sin rumbo, correr y cerrar los ojos
en algunos tramos pequeños, y pararme a mirar un paisaje,
o un amanecer, o quizás una higuera junto la que
hacerme una foto freak para colgar en el blog.
Es tan sencillo y complejo como eso,
es mi forma de relacionarme con la naturaleza y la vida,
muy pocas cosas ajenas a la sonrisa de los mios me acercan
tanto a lo que pienso que debe de ser el cielo.
Soy un pez con suerte.
Entrenamiento:
Moorning run 10,5k con 5,5k bareffot por arena de la playa.
Sensaciones geniales.
1 comentario:
joder. Hecho de menos la horita y media de los domingos, saliendo de casa sin rumbo. Relax!
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