Acabo de llegar a casa.
Caos tras masaje, con niños y barça recién empezado.
De repente abro la basura
y un olor a caca y chocolate invade mi nariz.
Imagino que es un olor difícil de explicar,
fácil para quien ha olido un pañal gran reserva
y ha entendido las galletas príncipe como parte de una religión.
Caca y chocolate,
tener 2 pequeños es maravilloso.
Sonrío.
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