Me gustaría ir todos los días,
no lo consigo, a veces la pereza, a veces el trabajo,
a veces un plan mejor...
Pero unas 2 o 3 veces a la semana, consigo
aprovechar la hora que tengo a medio día para
correr unos 25 o 30 minutos que me saben a gloria.
A gloria porque son mi ratito del día,
porque me ayudan a desconectar, a relajarme,
a volver a empezar a las 3, todo un lujo acompañado
normalmente del sol de medio día que reina por estas
tierras unos 300 días a año.
¿Y por dónde corro?
Tengo dos circuitos, ambos de 6 kilómetros, un bucle de asfalto
entretenido y muy rápido aunque con cierto desnivel y el cauce
de un río seco.
No es precioso, pero es mi cauce, mi carrera, mi río seco y
a mi me encanta.
Además es técnico para mejorar y sentir el suelo, rápido para entrenar
calidad sobre piedras si interesa, sin tráfico, sin ruido.
Hoy, tras el parón de ayer (16 horas de trabajo), he corrido por aquí
y me ha sabido a gloria. Mañana mas.
1 comentario:
Qué chulo. Tiene su encanto. Me mola.
Publicar un comentario