Un momento en Portal del Angel

En mi última visita a Barcelona por trabajo
me topé con uno de esos momentos únicos.
Únicos porque te marcan y te hacen querer ser algo
mejor, o quizás diferente, sin duda un momento
que te hace crecer.

Tras unas 10 horas de trabajo de tienda en tienda,
llegando roto al hotel veo a una multitud sentada
alrededor de una "sonrisa de color".
Un chico de color con tres armas asesinas,
una guitarra española, una sonrisa y una gran canción.

Sin prisa, con respeto, con sonrisa,
nunca escuché a nadie cantar así a Marley.
Sólo cantó una canción, luego, cogió su guitarra
y siguió caminando sin pedir dinero...al llegar
al hotel estaba lleno de energía y me fuí a correr.

Dudo que nadie que pasase en esos momentos por
portal del Angel no se sentase a su alrededor
(éramos FÁCIL 200 personas).

Por estas cosas y por muchas otras, Barcelona
te enamora, te atrapa y no te suelta, porque
está llena de momentos por las esquinas.

Esta era la canción,...
hoy se la tocaba a Pablo con la guitarra -siempre inferior-
mientras Paula se la cantaba con sonrisa.
Nuestro particular tributo al desconocido genial
y al maestro del reggae.

¡Que la disfrutéis!