Hoy echo la vista atrás, y ni me creo
todo lo que he vivido este tiempo desde
que empecé a preparar mi primer IronMan
en Lanzarote allá por octubre de 2002.
Creo que Lanzarote e IronMan son palabras
que se completan, ya que IronMan sin Lanzarote
se queda cojo, y Lanzarote sin su IronMan no
sería Lanzarote.
Este año, acabaré mi 5º Lanzarote y la organización
nos da un trofeo de reconocimiento el mismo día
de la entrega de premios a los realmente buenos,
en el mismo sitio (este año Puerto Calero), y en la
misma ceremonia.
Es una tontería, pero para mi es un reconocimiento
anónimo e ilusionante, la inspiración que me ha empujado
en muchos momentos de este año a calzarme las zapatilas,
es, como una culminación.
Me hace mucha ilusión tremenda.
Sobre ese trofeo o esa medalla o ese detalle o ese
"lo que sea", hay muchas horas, muchos sacrificios
de todo tipo y aún mas ilusiones, es un resumen
tan físico como tangible de lo intangible, de lo adictivo,
de lo que ni se ve ni se percibe.
Ya estoy contando los segundos, bajarme del avión y
sentir el azote del viento en mi cara, cerrar los ojos
e inspirar...y sentir y repetirme una vez mas a mis adentros...
ESTOY EN LANZAROTE.
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